es lo que puedo ofrecer
como fruto más preciado, y eso es en suma,
aquello con lo cual, cuando me toque
la hora de declinar mi cuerpo
a la madre tierra, yo podré pedir
a las gentes un recuerdo, si no eterno,
porque no hay nada eterno en lo humano,
al menos respetuoso.
Nicolás Salmerón y Alonso
Presidente de la 1ªRepública Española
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