-
Pável Konstantínich -exclamó con voz suplicante-, ¡no se abandone usted, no se amodorre! ¡Mientras sea joven, fuerte y animoso, no deje de hacer el bien! La felicidad no existe ni debe existir, pero si la vida tiene un fin y un sentido, éstos no consisten en nuestra dicha, sino en algo más sensato y más grande. ¡Haga usted el bien!
No hay comentarios:
Publicar un comentario