sábado, 27 de febrero de 2021

jueves, 25 de febrero de 2021

Lo más estúpido que hay

 Es pensar solo en uno mismo 

miércoles, 24 de febrero de 2021

parece increíble

que a una persona con discapacidad se le niegue una receta por la seguridad social, de un psiquiatra privado, conociendo en el sistema público el historial psiquiátrico de este paciente discapacitado 

martes, 23 de febrero de 2021

así viví yo un día

 el amor que ahora no vivo 

yo lo que quería

era escribir sobre deprisa deprisa, no se me puede olvidar esa historia de amor, esa relación tan auténtica entre pablo y ángela, qué bonitos, qué sintonía, qué armonía, qué entendimiento entre los dos, qué quieres que hagamos, lo que tú quieras, si quieres ir al mar, vamos al mar, 

todo de una manera natural, sin exigencias, sin obligaciones ni cumplimientos, 

te lo doy todo porque así lo siento, no necesito que tú me lo pidas, y yo reflexione sobre ello antes de darte, si es conveniente o no, 

siento luego existo 

no necesito pensar 

lo siento 

te lo doy 

me doy 

me das 

lunes, 22 de febrero de 2021

emocionante pau donés

un homenaje para ti 

el sitio de mi recreo de antonio vega 

eso que tú me das 

domingo, 21 de febrero de 2021

otra curiosidad decepcionante

hace unas semanas salimos el mismo día mi marido y yo en el Facebook del pueblo, él por su trabajo escultórico en Vera y yo por unos actuaciones teatrales de niña en el colegio, 

anteayer sucedió algo similar, una amiga alemana colgó en Facebook unas fotos de una escultura suya en una ciudad alemana del norte, y Juan Grima, el editor de mi libro de poesía, publicó en el Facebook de arráez editores un cartel promocionando mi libro,  

desayunando pregunto a mi marido si se había dado cuenta de esa coincidencia y qué significaba, él contesta, es lo mismo que si un gato negro cruza de derecha a izquierda o viceversa, depende de la interpretación que uno le dé, 

y me pregunta, ¿y para ti? no sé, le digo, 

no quiero decir nada, ¿es mi sentimiento de inferioridad? ¿es mi humillación como mujer? ¿es mi gran decepción? porque él siempre ha sido el artista reconocido por mí y yo la ama de casa, 

a mí me gustaría que dijera, es que los dos somos unos artistas paralelos, pero eso solo lo pienso yo 


es sorprendente que todavía siga soñando

con bebés a los que amamanto, 

esta mañana después de haber leído en la cama me he vuelto a dormir, 

he soñado que estaba en una casa grande, espaciosa, una gran cama, animalitos, perritos que se meaban en el suelo, mi hermana hablándome, me levanto a por mi bebé que está en la cuna para darle de mamar, todo calentito, vestido de lana, 

hablo con un amigo de la infancia por teléfono, Pedro el rabote, y le digo, ¿sabes que he tenido otro hijo? es mi cuarto hijo, se llama José Manuel, y le levanto el gorrito, lo miro y le veo la misma carita que su hermana Estrella, mi primera hija, y que su hermano Christian, mi segundo hijo, 

y me pregunto, ¿cuándo ha nacido José Manuel? 

con esa pregunta me he despertado

la guardia civil me salvó la vida

sentados al sol del mediodía estuve recordando ayer aquella noche víspera de reyes del año 1986 cuando en un viejo mercedes íbamos dos amigos alemanes y yo camino de Santander, 

pasábamos por el puerto del Escudo y había una gran tormenta de nieve con viento racheado, no se veía nada, y yo pedía no seguir circulando, pero uno de ellos había quedado con su amiga Belén para llegar esa noche a la ciudad, y el conductor, que era mi novio, no me hacía caso porque para ellos como alemanes la nieve no era ningún problema, 

pero el problema no era la nieve, tampoco llevábamos cadenas, sino la tormenta que impedía la visibilidad para conducir de noche y encima por un puerto de montaña, 

yo tenía miedo de morir, y ellos se reían, eran tan hombres, entonces seguimos avanzando y un poco más adelante nos paró la guardia civil con sus capas y tricornios, y nos impidió el paso, 

gracias guardia civil, yo soy hija del cuerpo, 

retrocedimos hasta el último pueblo de Burgos que antes habíamos dejado atrás y nos hospedamos en un gran hostal a orillas de la carretera donde toda la gente que viajaba esa noche tuvo que alojarse,

había norteamericanos, suizos o austríacos, el salón estaba lleno, las chicas del pueblo habían salido al restaurante con sus mejores galas, parejas de la guardia civil con sus capas y tricornios hablaban con ellas en la barra, 

parecía una auténtica película, de Berlanga, de Buñuel,... de cualquier buen cineasta español, 

yo estaba feliz y me reía mientras nos comíamos un buen bocata de jamón al corte con un buen vaso de vino tinto, 

qué más queríais estúpidos, no sabíais que en España se vive? 

miércoles, 17 de febrero de 2021

he llegado a una conclusión

todo hombre debe de pedirle perdón a la mujer que lo aguante 

martes, 16 de febrero de 2021

Me he quedado sin habla

 Después de lo que me pasó ayer, me he quedado muda 

lunes, 15 de febrero de 2021

el hombre que solo sabía hacer llorar a su mujer

es el título de mi próxima película, pero parece que ya no puede ni llorar 

Un día de san Valentín aparentemente sin gracia

Me levanté tarde, así que desayuné también tarde, estaba muy a gustito en la cama, como sin fuerzas,  me llamó la gata y le abrí la puerta del dormitorio, directamente se fue al alféizar de la ventana a mirar el paisaje, pues yo ya tenía la ventana abierta y qué dulce me resulta dormir con la luz del día

después se vino a la cama y estuvimos juntas ronroneando, le hice fotos y se las mandé a mi hijo, pero las ganas de comer ya me pusieron en pie, 

desayuné mi desayuno preferido: café muy aguado con tostadas de queso fresco de cabra y aguacate, y puse radio clásica 

la mañana fue muy corta y se pasó muy rápida, pero qué hago hoy de especial, me preguntaba, 

me acerqué a un viejo rosal de rosas rosas perfumadas, tenía tres, e hice tres fotos, primero de dos capullos, que parecían que formaban una pareja, luego de las tres, y por último una de la única rosa más abierta y solitaria 

entre lavadoras y platos llegó el momento de la comida, pasadas las tres, y comimos en la mesa del taller ensalada y salmón a la plancha 

y ahora qué, adónde vamos 

mi compañero y yo nos fuimos a caminar, y sobre la marcha decidimos subir la escarpada montaña que llega hasta la vereda que va por encima de la rambla salvaje y abrupta, 

llegamos a mi silloncito, es decir, a unas piedras que lo conforman, y el sol todavía estaba alto, 

sabes lo que quiero? le digo, me gustaría tumbarme sobre la tierra al sol 

al lado de lo que yo llamo mi silloncito, desde el que se divisa la sierra de Bédar, el cabezo María y el mar, había unas matas de esparto entre otras hierbas y algún pincho 

mi compañero las aplasta y se tumba, me dice, ven aquí, me tumbo a su lado apoyando mi cabeza sobre su pecho 

permanecimos en silencio hasta la puesta de sol 

me hubiera gustado morirme 

domingo, 14 de febrero de 2021

Me acompaña la luna, amor

 Y tú también, tumbados los dos sobre las matas de esparto al sol, respirando juntos, encima de tu pecho 

lo demás es decepcionante

tú eres decepcionante 

yo soy decepcionante 

todo es decepcionante  

Amor, te quiero, amor

te veo cada vez que miro al cielo después de ponerse el sol, tus nubes de colores, tu luz celestial por encima de la tierra y las montañas, allí estás tú, cada día, sin falta 

tú eres mi amor, por ti vivo y respiro, gracias a tu amor yo sigo viviendo 

cada noche me cuesta despedirme de ti, estaría siempre mirándote 

adiós, amor, adiós 

sábado, 13 de febrero de 2021

me encontré con el cacique

miré la puesta de sol sentada en el último escalón de la escalera que va por detrás del cortijo señorial y lleva a una terraza y a la cocina, primero, tomando la curva del camino el sol me cegaba, mi sol, mi dios, 

luego me acordé de que el jueves había empezado una nueva luna y me empeñé en verla, pero antes me tropecé con el todoterreno mercedes del cacique que subía a ver su obra estrella: el embalse 

me invitó a subir para que no me cansara subiendo la cuesta y como es natural lo rechacé, reviví la primera y última vez que me subí con él en su coche, siendo yo estudiante de bachillerato, su intento de violación y su posterior venganza por no dejar que me tocara, echándome del coche y abandonándome por la noche entre los pinos de las curvas de la antigua carretera nacional 340 a la entrada de Huércal-Overa 

qué cara tiene, qué poca vergüenza, no me extraña que se haya hecho rico y convertido en un nuevo cacique 

decidí no seguir por ese camino ni siquiera andando, no quería volver a encontrármelo y retrocedí camino del Palomar 

sus máquinas han destrozado la vereda por la que yo caminaba hasta la era donde intento hacer un poco de meditación cada tarde, sin embargo no podía acceder a ella, el corte en la montaña era muy brusco 

entonces estoy con un pie levantado con la intención de hacer unos pequeños huecos en la tierra a ver si así podía alcanzar la vereda, cuando veo que viene el mismo coche blanco 

dios mío, líbrame de él, giró y se fue 


Deprisa deprisa de Carlos Saura

cómo disfruté anoche de la película y de su música, qué bonita historia de amor, a mí me encanta cuando el chico le dice a la chica, haremos lo que tú quieras, si tú quieres ir al mar, iremos al mar, 

eso es amor, yo quiero un amor como ese, que me quiera así, dónde estás amor, 

vivir al día, vivir el momento, vivir fumando porros, esnifando caballo, atracando bancos, vivir sin miedo, sin futuro, 

como mucho brindando para que seamos siempre amigos, escuchando Me quedo contigo de los Chunguitos y bailando todas sus rumbas

viernes, 12 de febrero de 2021

Luna nueva

 He escrudiñado el firmamento y no te he visto, ¡oh luna!

En Palo y Astilla

 Me encantó Wyoming 

 Te quiero Wyo

el gran problema del padre y de la madre

 no saber tratar a un hijo con problemas, esa es mi mayor angustia que se repite cada día y a todas horas, y no sabemos qué hacer ni adónde ir 

hemos probado tantos psicólogos, psiquiatras, asociaciones de Asperger, y seguimos estancados en la misma relación, y el más estancado él 

ha aprendido una manera tan irresponsable y culpabilizadora de comunicarse con nosotros que no salimos de este círculo vicioso 


se me subió el relato a la cabeza

el hecho de que el miércoles por la mañana enviara mi artículo al periódico y por la noche, antes de que acabara el día, ya tuviera el pdf de la página que saldría al día siguiente, me dio un subidón tremendo, era la primera vez que me pasaba, o más bien la segunda, en casi dos décadas, normalmente siempre tenía que pedir que me avisaran cuándo salía y una vez publicado que me enviaran el pdf  

esto me está ocurriendo desde que me han pasado de la sección de Vivir a la de Opinión, y el responsable de Opinión me conoce desde el principio, una vez fui a Almería con unas granadas muy hermosas de mi granado y las repartí entre varios redactores y Simón era uno de ellos 

ya me gusta más el pdf que me envía Simón que el papel, puedo agrandar mi foto y verla clara y diáfana, sin embargo en el papel aparezco embrutecida y arrugada, no vale nada el periódico

exaltada, no podía dormir, necesitaba recrearme en mi pequeño éxito y a la mañana del jueves me fui al pueblo a comprar, por supuesto, el periódico, y varias cosas más, entre ellas mis quesitos de cabra 

entré en la tienda exultante, radiante de felicidad, había cinco cajitas, yo iba a por tres, la tendera me ofreció llevármelo todo, pero yo dije que tenía bastante con tres y que había que darle posibilidades a los demás, me sonrió, pero yo no quise mirar más ninguno de sus productos porque no quería comprarle nada más, y esa arrogancia me estuvo atormentando durante todo el día 

me decía, te odio Uli, cuando quería decir, me odio 

me pasa muy a menudo, cuando me siento mal por mi actitud ante otros, digo, te odio Uli, lo proyecto en él, pero me odio yo 

esta mañana he escuchado una canción de la que solo he podido retener el final "te odio más que nunca, me despido de ti" 

con esta frase la he buscado y la he encontrado, se titula "se me va a quemar el corazón" y es de Mon Laferte 

martes, 9 de febrero de 2021

Mi hijo me está matando lentamente

Pero es sin querer. No sabe hacerlo mejor y me culpa de todos sus males. Es su gran problema y también el mío. 

Como no se puede estar fuera lo quiero todo dentro

 En la boca, en el corazón,  en las entrañas, ...

domingo, 7 de febrero de 2021

Hice fotos al almendro en flor

Un día que estaba un poco nublado y la luz era más gris, me llamó la atención la fuerza de sus flores blancas con el centro rosado, casi fucsia, y lo fotografié de una manera que sus flores parecían copos de nieve caídos sobre el ciprés que había al fondo. 

Al día siguiente con la luz del sol y el cielo azul repetí la escena y aluciné con este rincón del huerto. Se la envié a un amigo querido y ahora es mi foto de perfil.

Me gustaría seguir mandando. Esta mañana pasé por allí y me vino la imagen enfrente, lo pensé pero no lo hice y me lie con las tareas domésticas. Ahora hace viento y la luz es otra. 

No sé que voy a hacer con mi oferta de empleo. Es dificilísimo viajar desde Almería a Asturias. Necesito un día o más si quiero ir en tren o en autobús y encima siempre pasando por Madrid. Si me decido por el avión, tengo que volar a Sevilla y de allí a Gijón u Oviedo. Un coñazo, luego la pandemia y mi estado tan delicado de salud. 

Qué rabia me da renunciar a algo que me daría libertad e independencia. Pero ya no tengo la ilusión de cuando me fui sola a Ibiza desconociendo el problema real de la vivienda, el abuso establecido de los alquileres. Era ajena a todo, simplemente dije sí, me voy, sin saber ni como ir ni dónde vivir, pero lo superé todo. 

Sin embargo ahora la situación es otra. El virus nos quita la vida en todos los sentidos. Y quedarme aquí sometida a los improperios del padre y del hijo. El hijo puede ser eximido de culpabilidad, pero el padre... 

El padre llegó ayer después de dos meses y de entrada el miedo a contagiarme me impide acercarme a él, pero hemos dormido juntos y mi estómago ya no está tan bien como el día anterior. Su presencia me revuelve las tripas por momentos. Como esta mañana cuando estoy fregando los platos de ayer, la lavadora puesta, la comida pendiente de hacer, y me dice, ¿te vienes al campo? y se acerca muy cariñoso a decirme que él comprende que lo que hago también es un trabajo desde que él también lo hace cuidando a su madre en Alemania. 

Cómo es posible que después de más de treinta años lo comprendas ahora cuando tú lo haces. 

Qué significa eso

 

Mientras agonizaba

Stephen Crane le dijo a su amigo Robert Barr: "No se pasa mal. Sientes que te vence el sueño... y no te importa. Apenas una sutil angustia por no saber realmente en qué mundo estás, nada más". 

(Del relato Perdida en el Louvre de Lucia Berlin)

sábado, 6 de febrero de 2021

CUATRO Y CINCO DE FEBRERO

Fui a ver a Charlie haciendo un paseo al atardecer. Por el camino vi un espectáculo grandioso que me hizo recordar al Tao. Los montes aislados resaltaban su figura por el fondo color naranja que había detrás de ellos, en medio de unas nubes difuminadas por la niebla. Cada diez pasos o menos giraba mi cabeza para atrás porque el espectáculo del atardecer siempre parece largo pero luego desaparece muy pronto y no quería perdérmelo. Cómo se hace necesario el don de la contemplación. Parece extinguido de la vida actual.

Era todo tan impresionante que de verdad llegué a afirmar que el Tao está en el cielo, y cuando toqué al timbre se lo dije a Charlie, todos los atardeceres son maravillosos y el de hoy es divino. Ven, sal a verlo. Pero ella estaba ocupada con el baño de los niños, tenía la chimenea encendida y en ese momento no llevaba mascarilla.

Me quedé en el porche con mi doble mascarilla. He optado por protegerme todavía más. La situación es crítica. Mi hija me aseguró anoche que está harta de muertos. No hay respiradores ni ucis para salvar a toda la gente y mueren en las plantas sin solución. Es increíble que estemos en esta situación un año después de empezar con la pandemia.

Hablamos un momento sobre la escuela. Recordé cuando planteé en un consejo escolar que enseñaran a los niños a lavarse las manos antes de ir al comedor y cómo se opusieron todo el equipo directivo y demás profesores que formaban el consejo, además de la mayoría de padres y madres. Recuerdo que mi propuesta obtuvo solo tres votos incluido el mío. Yo sabía que no iba a prosperar. El director se informó en los servicios jurídicos de la delegación para impedir que se incluyera en el orden del día mi iniciativa, pero no lo consiguió. Y yo estaba feliz porque lo veía tan cabreado y colérico que me decía para mí, te voy a dar una lección de democracia, no me importa ganar, pero sí que se debata una cuestión de sentido común.

Cuando mis hijos pequeños comían en el comedor escolar, yo no estaba allí como en casa para recordarles que tenían que lavarse las manos antes de comer. Está claro que eso se aprende en casa pero la escuela también está para aprender.

Por eso cada día cogía mi bicicleta y a la una y media de la tarde estaba allí en el patio esperando a que mis hijos salieran para ponerse en la fila del comedor y decirles tenéis que lavaros las manos.

Los tenían más de cinco minutos en fila esperando para entrar y sin embargo no había tiempo para enseñarles, ese era el argumento del equipo directivo. Una vergüenza.

Charlie y yo quedamos para la mañana siguiente, sobre las doce, para el corte de pelo. Me ha quedado precioso. Es una artista de la peluquería que está haciendo las veinticuatro horas de ama de casa criando a sus tres hijos.

Un poco antes de salir del cortijo, cuando estaba preparando la mochila, sonó el telefóno, era un número muy largo, lo cogí creyendo que era mi médica de cabecera con el resultado de mi última prueba, pero no, era de personal .

Qué personal, por favor, no sé quiénes son ustedes. Perdone, me dijo una voz femenina, somos de personal de justicia del Principado de Asturias. Solo queremos saber si está usted disponible. Sí, le contesto, soy demandante de empleo. Entonces muy pronto le volveremos a llamar ofreciéndole una plaza y un destino en Asturias. Le daremos cuatro o cinco días para incorporarse, si renuncia sale inmediatamente de la bolsa.

Qué noticia tan importante. Yo, que odio la justicia, que salí escaldada del juzgado que me tocó en Ibiza y me prometí no volver a pisar otro en mi vida, a no ser que me pillara muy cerca de casa o fuera en Andalucía.

Pero qué cuesta arriba se me hace cruzar la península en estado de pandemia ahora que sé que lo único que quiero es escribir cada día.

Pero qué interesante también pasar una temporada en Gijón, por ejemplo, o en Avilés. Y vivir cada día algo completamente diferente y caminar por sitios totalmente desconocidos, que luego formaran parte de mí por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 5 de febrero de 2021

El Tao está en el Cielo

 Lo he visto al atardecer entre los perfiles de las montañas y la luz naranja de las nubes difuminadas por la suave niebla

jueves, 4 de febrero de 2021

TRES DE FEBRERO

Yo estaba doblando la ropa y mi hijo quitando la ceniza de la chimenea. Teníamos la ventana abierta del cuarto y me dijo, viene Tomás. Ah, hola Tomás. Me acerqué a la ventana y hablamos a través de la reja y de la mosquitera. Él llevaba la mascarilla puesta.

Tomás has sido toda la vida pastor de cabras y ahora, aunque esté jubilado y vendiera su rebaño, sigue cuidando a sus animales. Cantidad de gallinas y gallos, palomas y palomos, perros y perras, gatos y gatas, y también alguna cabra. No puede vivir sin salir al campo y darles de comer.

Él me enseñó a ponerle huevos para empollar a una gallina cuando se queda clueca. Como la mayoría de mis gallinas son de granja no es normal que se queden cluecas, solo ponen huevos. Pero unos vecinos marroquíes que tuve, cuando se fueron a vivir al pueblo, me regalaron sus gallinas. Solo vive una, pero esa, precisamente esa y únicamente esa, es la que se quedaba clueca y entonces Tomás me trajo un par de veces cinco huevos de su corral y así he criado pollitos. Pero en cada puesta solo me salían machos, salvo una hembra que se llama Bimba porque es muy andrógina y tiene el cuello pelado.

Cada noche Bimba con su madre adoptiva marroquí y su hermoso hermano gallo, el que hemos dejado vivir, duermen juntos en el palo del gallinero. El macho siempre el primero en un lado y junto a él su madre y su hermana. Ellas se turnan y una vez una está en medio y otra vez la otra. No he visto familia más unida. Cada día juntos.

La otras gallinas duermen haciendo pequeños grupos. Las marrones en un lado, las grises en otro.

Hablamos del tema, me preguntó, ¿no tienes ninguna clueca? Todavía no, le dije, quizás más adelante, en primavera. Sí, dijo, ya mismo.

También me preguntó por mi estado de salud, muy delicado últimamente, pero ya recuperándome. Se alegra de todo corazón, y añadió, quién está podando los olivos. Christian, le dije. Pues lo está haciendo muy bien, le quita lo justo que hay que quitarle.

¿Sabes, Tomás?, hoy he leído que después de los que pasan de ochenta años, van a vacunar a los de setenta en adelante. Ah, pues todavía me quedan unos años, dice. Yo hasta que no sea a mayores de sesenta no me tocará. Los cumplo el año que viene.

Pero no quedamos en que celebraríamos este año tu cumple con un choto, los cumples este año. Eso me hizo soltar una carcajada, pues me di cuenta de que todavía no había asimilado que habíamos empezado otro año. Está siendo tan desastroso que no he notado la diferencia. Jajaja...

Mi hijo se fue a seguir podando los olivos hasta que fui a llamarlo porque tenía psicoterapia online. Yo mientras hice un bizcocho maravilloso, con los huevos de mis gallinas y zumo de mis naranjas. Qué delicioso un trocito de bizcocho de cena con una tacita de leche de avena y una manzana de postre.

Cambié las sábanas de mi cama, me molestaba la franela con estas temperaturas primaverales y me duché. Cogí las tijeras. Tengo ganas de cortarme el pelo y estuve jugueteando con mi flequillo. Voy a ver a Charlie a ver qué me dice de mi pelo. Creo que necesita ya una intervención. Le llevaré una docena de huevos.

Me leí otro relato de Lucia Berlin, estuve bailando con La Casa Azul y ya en la cama volví al Tao. Creo que esa va a ser mi religión. La armonía entre los opuestos. No me interesa otra cosa. A pesar de que a veces me atrae mucho el budismo, al final hay tanto escrito sobre él que no llego al libro importante. Sin embargo el Tao es único. No hay nada como el Tao Te Ching de Lao Tsé.



miércoles, 3 de febrero de 2021

DOS DE FEBRERO

Lo primero que leí, estando todavía en la cama, fue un poema que me envió mi antiguo profesor de filosofía del instituto. Lo releí queriendo comprenderlo. Era un soneto, pero a mí no me llegaba al corazón y no le saqué punta, como creo que él me pedía.

Y lo primero que hice fue felicitar a mi cuñada Candi, por ser el día de la Candelaria y también su cumpleaños. Pero vio la felicitación y no me contestó en todo el día. Ella es muy religiosa católica, me parece que forma parte de una secta, y durante un tiempo yo llegué a odiarla. Se ve que ahora es ella la que me odia.

Pero lo más importante es que conseguí escribir de una manera fluida, que era lo que yo pretendía. Narrar todo lo que es mi día a día sin ninguna otra pretensión. Se me hicieron las once de la mañana para empezar, pero una hora más tarde ya tenía el texto. Qué alegría. Ya podían desaparecer el resto de las horas y de la vida.

Me llegó un mensaje de la Cruz Roja informándome de unos cursos para desempleados. Son cuatro. De entrada me gustó el de celadora, pero al final me he decantado por el de actividades auxiliares agroalimentarias. Podría aprender mucho sobre el cultivo de plantas y eso me parece muy interesante teniendo un pequeño huerto delante del cortijo, donde puedo practicar como estos días podando la viña. Aparte de que existe la posibilidad de hacerlo en empresas privadas, además de conseguir un puesto de trabajo.

Eso sería el colmo, cómo alcanzar la independencia en la edad adulta. Me gustaría desprenderme de todas las ataduras matrimoniales y la más fuerte es la económica. Si analizo mi vida matrimonial la encuentro impregnada de machismo y de los males derivados de ello. Machismo no solo por su parte, soberbia, ira y egoísmo, sino también por la mía, sumisión, dependencia y falta de iniciativa.

¿Podría vivir una vida plena, plenamente mía antes de morirme? Esa es la pregunta. Significaría un empoderamiento femenino, pero me pasa como a Isabel Coixet, no me gusta esa palabra.

Lo que sí me ha gustado es conocer a través de su película Nieva en Benidorm a la poeta Sylvia Plath. Me empapé de ella leyendo un artículo maravilloso en la web el club de los poetas suicidas.

Impresionante su vida y su obra. Creo que en sus versos he encontrado mi epitafio:


"a los que buscan

aunque no encuentren


a los que avanzan

aunque se pierdan


a los que viven

aunque se mueran"


Al oscurecer salí a pasear y me encontré con Julie, que estaba dando de comer a sus caballos. Me desahogué con ella hablándole de la situación que vivo diariamente con mi hijo diagnosticado de TEA, más concretamente de Asperger, y seguramente enfermo de otros trastornos mentales más que no llegamos a descifrar por ahora con ningún profesional que nos topemos, porque su vida es muy infeliz y no tiene voluntad para hacerla de alguna manera más satisfactoria, y yo no sé cómo ayudarle, aparte de estar a su lado, y darle algún abrazo que otro.

Julie me escuchó y lo más sorprendente es que me dijo que yo desprendía una paz, una armonía y una  sinceridad que daba gusto hablar conmigo.

Gracias, Julie. Yo creía que me estaba destruyendo, pero todavía queda algo de mí que los problemas no me dejan ver. También hablamos de mi último viaje en septiembre a Cabo de Gata. Un paraíso como Robinson Crusoe.

martes, 2 de febrero de 2021

Si nunca esperas nada de nadie

Nunca te decepcionarás  

De mujer en mujer

Rigoberta Bandini con su canción Perra me lleva a la escritora Virginie Despentes, autora de Fóllame. 

Isabel Coixet a través de su película Nieva en Benidorm y en boca de Carmen Machi me conduce a la poeta Sylvia Plath

UNO DE FEBRERO

Me desperté antes de las ocho. Todavía no había salido el sol. Miré por la ventana la luz y los colores. El rojo del amanecer. Me había puesto el despertador para las ocho y veinte. Tenía que llevar una pequeña porción de mis heces al centro médico antes de las nueve.

Me hice la remolona un poquito. Quería saborear más la cama, sobre todo el despertar siempre me gusta dulce y placentero. No lo conseguí enteramente y me levanté. Me hice un zumo de naranja y mandarina. Me vestí. Le eché de comer en el porche al perro Jimi y a la gatita abandonada.

Aparqué delante del centro y me dirigí con mis papeles y mi botecito a la consulta del enfermero. No estaba. Había salido a hacer varios domicilios. Tenía que esperar. No había dormido muy bien y me sentía agotada allí sentada en ese amplio pasillo solitario y sin ninguna atención.

Después de casi media hora de espera apareció una celadora y me recogió la petición y la muestra con el encargo de que se lo diría al enfermero y así no tenía que esperar más. Gracias, Margarita, le dije. También se acercó con ella un médico portorriqueño que conocí en una de mis sustituciones en el centro y me saludó. Me dijo que antes me había dicho buenos días, cuando yo me movía por el espacio mientras esperaba, pero que no me había reconocido y ahora veía que era yo.

Yo apenas le hice caso, quería salir ya de allí, y más tarde le envié un mensaje disculpándome por no haber sido más amable. Es que últimamente me siento bastante apagada, le dije. No pasa nada, Beatrix, me contestó.

Me gusta el cambio de la zeta por la equis. Sí, puede ser una revolución para mí.

Salí al mercado y compré unas buenas manzanas nacionales que olían a manzana. No así las mandarinas, que se suponen más locales y sin embargo luego me di cuenta de que estaban arrugadas y que su zumo sabía viejo, pasado. Ahora comprendo la expresión de la vendedora cuando le pregunté por el precio y me contestó que todavía estaban buenas.

Entré en una tienda, necesitaba bebida de avena y papel higiénico. En la caja siempre se forma pelotera porque la cajera no para de hablar y hacer comentarios a diestra y siniestra. Me preguntaron por mi hija y les dije que estaba en primera línea de la pandemia. El día anterior había trabajado en la UCI de Covid y se encontraba pendiente de recibir la segunda dosis de la vacuna.

La mujer que había delante de mí se giró para decirme que si estaba infectada esa segunda dosis no le valía. Qué amable, pensé. Luego muy contenta se puso a relatar todos los miembros de su familia que estaban o habían estado contagiados, incluso ella misma. Qué importante se sentía por eso. Ya era distinta a los demás.

Al pagar saludo a otra mujer que dice que me reconoció por la voz. Se vino de Barcelona en septiembre y vive en el pueblo con su hija y su nieta. Qué bien que eres abuela, le digo. Sí, con cincuenta y tres años me parece estupendo, publica ella muy animada. Yo, digo, con cierta tristeza, creo que no voy a ser abuela.

Entonces la tendera, que no se calla ni debajo de agua, comenta a viva voz, no sufras tú por eso, cómprate un perrito y te sale más barato.

Ya tengo un perro y una gata, digo yo, entre las risas de los presentes.

Desayuno, les echo de comer a las gallinas y me pongo a podar. Es luna menguante. El momento propicio. Y luego más tarde como en el taller rodeada de las gallinas. Descanso un poco y vuelvo otra vez a la viña, mientras los pájaros vuelven como cada tarde a hacer sus acrobacias aéreas maravillosas, deliciosas, cómo los envidio, ir juntos en bandadas y dar un espectáculo natural, sin entradas ni publicidad. Me recordaron a los fuegos artificiales y creí ver una bandada de pájaros negros más grandes que los habituales. También su graznido era más fuerte. ¿Son grajos?

Por la noche cené copos de avena, fregué los platos, antes recogí la ropa y caminé un rato bajo la luz azul, y luego hice un fuego. Vi El intermedio en mi portátil porque la tele está rota, no se enciende, y después entrevistas de Candela Peña en la Resistencia. Me río con ella.

Cuando llegué a la cama me leí un relato de Lucia Berlin, Mi vida es un libro abierto.



lunes, 1 de febrero de 2021

Sin nada ni nadie para compartir

Muertos haciendo la compra 

Qué tristeza más grande

 ¿Es la tercera guerra mundial?

La próxima que quiero ver

 Me encantó escuchar El silencio de los corderos en Videodrome