Había descubierto que mientras más bebía más se acordaba de Remedios, pero soportaba mejor la tortura de su recuerdo. No supo en qué momento empezó a flotar. Vio a sus amigos y a las mujeres navegando en una reverberación radiante, sin peso ni volumen, diciendo palabras que no salían de sus labios y haciendo señales misteriosas que no correspondían a sus gestos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario