Estoy en su casa con Christian. Por las habitaciones hay taburetes y mesas, también niños que entran y salen.
Le cuento a mi hermana y a su marido que he bebido vino blanco y me he emborrachado y por eso me he quedado durmiendo y sin fuerzas para levantarme. Miramos la botella.
Y esa es la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario