miércoles, 15 de mayo de 2013

¡Qué diferencia!

Entonces, en mi feliz ignorancia, solamente anhelaba lanzarme al mundo desconocido, donde esperaba hallar tanto alimento y deleite para mi corazón, con los que colmar y satisfacer mi pecho ávido y anhelante. Ahora retorno del vasto mundo, ¡oh, amigo mío!, ¡con cuántas esperanzas fallidas y cuántos planes destruidos!

No hay comentarios: