viernes, 16 de junio de 2023

La novela del verano

capítulo primero 

al contrario que ayer esta mañana me he levantado más contenta, es decir he sentido al despertar una leve sensación de felicidad que pronto ha desaparecido por el hecho en sí de despertar, ver la hora y mirar el móvil, ¿me siguen todavía viendo en Singapur? esa es la pregunta que me hago y compruebo que sí, así que lo primero que hago es releer todas las entradas que puedo, algunas las recuerdo, me llevan directamente al momento que las escribí, otras las ignoro 

siguen los ruidos en la carretera, de hombres y máquinas que están haciendo un muro para que las aguas que bajan a raudales cuando hay lluvias torrenciales causen el menor impacto posible en las cunetas 

esta situación es debida al regalo que nos hace un hombre rico cuya finca está situada un poco más arriba del camino que se convierte en un torrente, porque tiene mal guiadas las aguas de su terreno 

a cambio yo tengo que soportar a estos trabajadores que van y vienen a por agua sea para beber si es fresca sea para refrescar la masa de cemento 

no me importa que salgan con algún limón en el bolsillo, lo que no me gusta es que se metan dentro del huerto y luego me comenten el paraíso que tengo 

mi paraíso es un paraíso escondido le comento a uno de ellos 

después de desayunar y dar una vuelta por el huerto para ver cómo se mantienen las plantas de tomates y pimientos les he echado de comer a las gallinas, he recogido dos huevos pero la novedad es que las dos cluecas se han levantado de la caja para comer desesperadas y he visto sus huevos, no hay ningún pollito por eso se los he dejado por si se suben otra vez y continúan empollando 

he cogido unas hojas de hierbabuena y he hecho una limonada con azúcar de caña, se ha convertido en nuestro refresco diario, tenemos muchos limones, luego había pensado en cocer peretas con azúcar y canela pero como ahora mi hijo está ocupado con un curso de inglés online he decidido ponerme a escribir ya que ahora hay silencio 

cuando acabe debo de hablar mucho con él, ayer tarde estuvimos en Garrucha para que él asistiera a una consulta psicológica y no salió muy convencido de la experiencia, la verdad es que a ninguno de los dos nos satisface el tiempo que pasamos en Garrucha, todo lleno de coches y de gente con lo tranquilos que vivimos nosotros en el campo, por eso creo que debemos sacarle el máximo partido a la situación privilegiada que disfrutamos y no pensar tanto en que me estoy perdiendo algo fuera de casa, lo digo precisamente por mí porque yo soy la que siempre se está quejando de la soledad, soy muy comunicativa

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