Pasaba mucha gente caminando esta mañana de domingo por donde yo quería bañarme, lo veía imposible, pero digo, voy a ver lo que hay detrás de la roca y me encuentro con una cala preciosa de aguas cristalinas y piedrecillas lilas, me desnudo, me meto, y encima no pasa nadie mientras tanto.
Cuánta felicidad que mi compañero se empeñó en aniquilar
No hay comentarios:
Publicar un comentario