Durante el trayecto pendiente de Pedro recuerdo ir empujando una silla de ruedas con una señora mayor dentro.
Luego no sé dónde estoy. Dónde voy a dormir, dónde está mi equipaje. Tengo que ir al centro. Atocha. Y lo cuento.
La gente me habla y me invita a que coma. Muchos están comiendo y yo tengo ganas, pero he de salir de allí. Veo todos los bares abiertos a las afueras de la ciudad. Ya se ve la tierra. Cuevas y descampados.
Estoy en tierra de gitanos. Tengo miedo. No sé cómo salir antes de que sea de noche. Me indican calles oscuras, lúgubres. Entro en un portal y veo a un hombre drogado tirado en el suelo.
Sigo buscando una dirección. En el delantal de una mujer están dibujados varios motivos. Me los explica y elijo subir una cuesta.
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